22.12.10

De los círculos

Volver no es más que seguir hacia adelante. Nadie me teme y tampoco temo a alguien, es decir, soy esclavo de mi propia mente. Caóticas ciudades me clavan tentaciones en las manos y en los pies, me pintan cruces en el cuello y en la espalda. Serias damas me ven pasar y sin que yo las vea miden las huellas de mis pasos. Orgullosos caballeros pretenden ignorarme y quitan su mirada cuando al fin yo los veo directamente a los ojos.

Seguir es compartir el amanecer y las vueltas mágicas. El viaje que harás será el mismo que yo no haré.

No haré.

Volver.

15.1.10

Silencio







La cumpleañera debe ser muy buena en matemáticas y geografía pues viste esa ropa de adolescente que ella no sabe odiará dentro de tres años.
Su abuela la acompaña, junto a su tía de crianza y su mamá. El resto son invitados fuera de foco, incansables, antiborrachos.
Ya quiere olvidar este cumpleaños. Esta noche que, aunque vacacional, es la peor.
"Ayayayy cómo me duele...", dice la canción en el bar y la mamá va a la caja y paga la cuenta.
No se van de inmediato, siguen un rato más en la mesa, terminando el hielo de sus whiskys pero comienzan a quejarse de la hora.
- Me perdí la novela -dice una.
- "Y nada más me tomé 3 palos" -piensa otro.
A la cumpleañera le quedó matemáticas ese año.


Al otro día ya tenía 14 años.
Pensaba que hay un par de cosas, como tres, como cinco, como seis, como varias, en las que siempre me equivoco.
Desvanecida ilusión que respiró realidad.
Silencio y ella cree que es madura, no sabe si es juvenil pero es una alterada.
Desconfiada.


Buscar el silencio no logra ser sólo cerrar la boca, hay una paradójica manera de hacer mucho ruido mientras los labios no se separan. De esa manera me quiero alejar.
El gesto dedica y exige tanta fuerza y pensamiento que largos momentos de ego concentrado frente al espejo no logran dejarme de hacer pensar en el gesto que debo tener en el rostro mientras tecleo estas palabras.






7.10.09

Los dos poetas


Dos poetas se disputaban la Manzana de la Discordia y el Hueso de la Disputa, porque ambos estaban muy hambrientos.

- Hijos míos -dijo Apolo-, repartiré los premios entre ustedes. Tú -dijo al Primer Poeta- sobresales en Arte: toma la Manzana. Y tú -dijo al Segundo Poeta-, en imaginacón: toma el Hueso.

- ¡El mejor premio al Arte! -dijo el Primer Poeta, con aire triunfante, y tratando de devorar su premio se rompió todos los dientes. La Manzana era una obra de arte.

- Eso demuestra el desprecio de nuestro maestro por el mero Arte -dijo el Segundo Poeta, sonriendo.

Trató de roer su Hueso, pero sus dientes lo atravesaron sin encontrar resistencia. Era un Hueso imaginario.


Ambrose Bierce, Fábulas Fantásticas, 1899.


26.9.09

Smog

Mientras la tarde se endurece, se vuelven piedras los pergaminos que intentan traducirla. Tú miras la carta que te envié pero que nunca escribí. Las sagradas memorias de San Antonio, con sus tentaciones y revelaciones. San Francisco, con pájaros y leones en plena charla amena. Las corrupciones del ex político, que hoy es santo y mañana será fotografía en oficinas con plantas floreadas de plástico, serán el material que hundirá todo nuestro gusto.
No sigas leyendo, que quizás estés más cómoda sabiendo que no hay oro ni diamantes -o sorpresas-, sino perros con dientes postizos y mentalidades etéreas, secándose con sus toallas mientras salen al ring a mostrar el cartelito con el número del asalto.

Esa carta no te la envié yo. No era yo cuando cumpliste año ni tampoco cuando te graduaste. No fui yo quien dije lo que te dijeron que había dicho. Era simplemente otro. No soplé las velas del pastel que ayer hicieron en la panadería.

La carta sí la firmé yo, sólo que no la leí. ¿Eso no vale, o si?

9.7.09

Music quote

Dice De Raviolis: "a la hora y el momento la sangre que entra sale".

Dice Charly: "la vanguardia es así".





Fotografía: Roberto Soto

16.6.09

La metra del fantasma


Ya son mis amigos tus fantasmas. Espíritus burlones con desencadenadas reacciones de alegría. Que me llaman por teléfono, escuchan mi voz y cuelgan. Abren puertas trancadas sin tocar el candado.

Sienten el cariño de mis revelaciones y me piden silencio cuando discuten alterados sobre la matemática de mis días contigo.

Retribuyo al momento canicas convertidas en dulces que se ensucian cuando apuestas la pichihueca le gane.

27.3.09

Las raíces de Brigue

200198


1738


Cuando llegué a esa ciudad comenzaron a nacerme ramas en las manos. Muy delgadas las ramitas y con muchos codos donde quebraban fácilmente. Dolían al quebrarse, sin embargo. Parecían prolongaciones de las venas. Crecían rápidamente. Dolían también al chocar con algo o al doblarse cuando yo caminaba de prisa. Walter Myer me dijo que las ramas más grandes no dolían ni con el viento, ni con los movimientos y que protegían a las más pequeñas. "No es bueno quebrarlas". ¿En qué terminará todo esto? Me comenzaron a salir en las orejas y en la cara. Frágiles, al quebrarlas casi no duelen.

Ando sin camisa para no oprimir las que me salen en el pecho y la espalda. Además ya me dan sombra, de manera que no me hace falta cubrirme.

Uso shorts, pero me los quito para permitir el crecimiento del follaje púbico y sacro. De vez en cuando veo gente más arbolada que yo.

Siento un cosquilleo en los pies. Son raicillas que me nacen. Al caminar las aplasto. Me duele. Sufro. Vuelven a nacer. Menos mal que es vacación. Me gustaría quedarme quieto, no moverme más. Tantos años de agitación, tantos viajes.

Hay que echar raíces, decía mi mamá.




del libro "esa llanura temblorosa..." de Jonuel Brigue. 1998

Fotografía de Jessica Bruah

7.3.09

La contraoferta

Un vaso de agua.
Quiero mojarme el dedo y hacer esos sonidos con el borde del cristal.
Llega la noche y se que puedo sobrevivirla. Sin embargo, el desencanto no me abandona.
Puedo sentirte cerca y también se a qué hora debo ir a buscarte y esperar tu saludo la próxima vez que me consigas por ahí.
Esta sensación es maravillosa. Tu alma en una coctelera.
Saludos a la noche, volando para verte que me alimenta.

16.1.09

Agradecimientos


Estoy cansado de que le des las gracias. Es como acostumbrarse a pedir perdón, ya uno no lo siente. Tus gracias son una fiebre amarilla que se descarga por internet, que se descarga en tu blog y que sigue siendo parte de tu parafernalia mostruosa.

Practicas frente al espejo tu cara de agradecimiento. Maltratas sin embargo al gran Agradecido con tus vicios, mentiras y el tiempo que pasa y las nubes que se dejan de mover cuando tu decides, al fin, respirar aire fresco.

Has abrazado árboles y mareado has visto como el monje se acerca a ti y te ayuda, con el sonido de su vómito, a que tu descargues tus malegrías y desengaños. Tu fétida risa ahora me ahoga en un mar de amor, tu amor es ahora un perdón de esos que me he acostumbrado a pedir, igual que tu, te doy las gracias por siempre escribir, cantar, usar las drogas que usas, dejarte crecer el cabello y nuevamente, no olvidarte de darle siempre las gracias a ella.

20.11.08

Fuego mata miedo

“Que abra la puerta, que la abra”, me decía la doña, pero yo cagado del miedo no quería y la empujaba mientras su gloriosa y estupenda cabeza forzaba la entrada. “Que abra que yo debo estar aquí”, me decía sin mostrar el desespero de la fuerza que aplicaba. Luego dejé que me atravesara y aunque seguía asustado sus brazos, que pronto fueron de fuego, me consolaron pero yo no dejé de temblar.

31.10.08

Domingo de historias


Hace un domingo atrás pude decirte cuánto te quiero. Te extraño tanto y eso lo pensé hace 7 días. Un domingo como hoy, pero el anterior.

Hace dos domingos atrás tenía ganas de besar tus ojos. Me maravillaban las cosas que me contaste habías visto cuando fuiste a la iglesia. Siento que peco y reviento los hilos de la servidumbre que me fue inculcada con letra dorado-educativa cuando era niño.

Tres domingos atrás logré entender aquel poema del sabio. Tu no habías aparecido y yo tenía una vida más tranquila, preocupado sólo en diversificar mis conocimientos, saber de qué iban las letras que en ese libro me atrapaban y me dejaban queriendo conocer a alguna como tu.

Hace cuatro domingos yo no había nacido.

Domingos multiplicados por cinco. Principios de semana que siempre fueron finales y que sólo me hacían reactivar el crédito que tenía con la pared que siempre rayaba en el pasillo, con la llave que escribía tu nombre en el pasamanos del ascensor y la frescura del chirrido prohibido.

Este domingo fui a la iglesia y comulgué. Te vi en la cara de la señora que sostenía la bandejita para los babosos y recordé tu falda blanca en el traje del monaguillo que se quedaba dormido en el salmo responsorial.

Tal vez nunca habrás vivido este domingo como yo. Quizás siempre duermes los domingos. Ojala y esa sea la mejor decisión.

9.10.08

Persecución

Voy a tratar de que me digas el interés que tienen esas horas que me persiguen. Creo que en los minutos he visto que los cuatro cuartos de hora se han hablado y han reservado sus misterios pero yo he leído sus labios, han dicho que quieren tener un secreto y que quizás yo tengo uno y que, sea el que sea, me lo arrebatarán para hacerlo público. Pero aún no entiendo por qué me persiguen, por qué se molestan en venir tras de mí, si mi secreto igual no les servirá de nada, ellos lo saben, ellos fueron testigos del instante en el que el secreto ocurrió y fue público por escasos minutos.

Porque el tiempo ha pasado y yo sólo he sabido ocultarme. Vivir pasiones. Muchas expuestas y otras más ocultas. He disfrutado, sin embargo, de los brazos que me rodean y de las sonrisas que me embargan. Con eso he tenido y ahora revelo el misterio, no el mío pero sí el de las horas que me persiguen.

Las imágenes en las letras de Jonuel Brigue

O2 1 6 4 8


Ensayo la escritura total. El que escribe circunscribe, traza un círculo para acotar lo que quiere decir, excluyendo lo no pertinente. Teme perder la coherencia facilitada por el límite. Pero yo quiero borrar fronteras, dar paso a todo el que se presente, a todo lo que se presente. Correr el riesgo del sin-sentido y el disparate. Que se mezclen cosas heterogéneas, que no se siga ninguna línea de acción dominadora, que si alguna coherencia hay, no sea producida por mí, fabricada, elaborada, sino actuante en el fondo de mí y de las cosas. Desdeño el orden superficial construido, quiero encontrar el orden real, la ley de Dios. Espero que se transparente, que brille en el caos y le dé sentido. No sea yo quien la obscurezca para mí mismo con leyecitas artificiales.


Jonuel Brigue - Diario de Saorge - 1996

2.6.08

Los caminos del amigo

Voy y le pregunto al querido amigo qué ha pensado cuando ha dicho estas cosas, cuando ha dejado de imaginar cómo todas las papeletas borrachas, nacidas en la industrialización de su cabeza, han llegado hasta mi puerta. Papeletas premiadas.


En tu industria, que se enaltece de reciclar, muy pocos son los que reciclan. Se jacta de contar con la flotilla de hippies más educados por las calles, en las concentraciones y conciertos. Pero todo queda en el papel.


Tu compañía pierde el rumbo y tú lo puedes ver pero no lo puedes enfrentar. Sólo se te ocurre interrumpir conversaciones con un poco más de tu teórico vapor. Sin invitación en estas fiestas, sin saludos para los nuevos bailes, sin respeto por los nuevos protagonistas. Y no te das cuenta de que todos ya pueden ver el dinosaurio en el que te has convertido.


Y vas caminando, intentando demolerlo todo, como en los días de tu pasado, pero en la época de hoy todo es más quieto, nadie salta de sus asientos para matizar con violencia conversaciones que no has escuchado siquiera.




Ilustración: Nick Dewar