Volver no es más que seguir hacia adelante. Nadie me teme y tampoco temo a alguien, es decir, soy esclavo de mi propia mente. Caóticas ciudades me clavan tentaciones en las manos y en los pies, me pintan cruces en el cuello y en la espalda. Serias damas me ven pasar y sin que yo las vea miden las huellas de mis pasos. Orgullosos caballeros pretenden ignorarme y quitan su mirada cuando al fin yo los veo directamente a los ojos.
Seguir es compartir el amanecer y las vueltas mágicas. El viaje que harás será el mismo que yo no haré.
No haré.
Volver.
22.12.10
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