5.10.07

El pago meditado


Pero nadie merece meditarlo y todos suponen un desastre. Una montaña que comienza a rodarse, árboles que trasladan su domicilio sin alterar ninguna de sus hojas. Siempre descifrando una controversia certera, financiada por alguien de gran avidez económica, diferenciado del resto por su constante producción y por su intolerante paranoia.

Un personaje así financia mis viajes y mis recuerdos y también mis desayunos y cenas. El almuerzo no. Este siempre está pago.

No hay comentarios: